El modelo actual de financiamiento a la demanda de educación,
por “supuesta” asistencia promedio de los alumnos a los centros,
parte del supuesto de que para aumentar la cantidad y calidad de la educación
basta con dejarla al juego del mercado y la “competencia”.
La evidencia de estos 25 años demuestra que hemos logrado gastar
más (los últimos 15 años), aumentar la cobertura
escolar, pero no mejorar la calidad integral de la educación; al
tiempo que hemos creado un sistema escolar “conscientemente estructurado
en clases sociales” (OCDE 2004); lo que hemos denominado: “apartheid
educativo” (OPECH). Chile, en la actualidad, es el único
país del mundo que utiliza la subvención a la demanda como
único mecanismo de financiamiento de la educación.
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