EDITORIAL

La reciente visita de Naomi Klein, intelectual canadiense, otorga herramientas para comprender el actual estado de las cosas en Chile. Ella afirma que bajo la aplicación de lo que ella llama la doctrina del shock, algunos gobiernos logran instalar medidas antipopulares, tras el impacto de una crisis. La reconstrucción de la educación pública chilena, tras la crisis denunciada por el levantamiento juvenil del año 2006, parece responder a la misma lógica.

Es de perogrullo señalarlo: todos los actores educativos están de acuerdo que ninguna demanda levantada por los movimientos sociales el año 2006 y 2007 fue tomada realmente en cuenta. Ni la “agenda corta” ni la “agenda larga”. En cuanto a la primera, el diario la Tercera en su edición del 11 de Mayo, hizo noticia con el colegio A-45 de Lota, el llamado colegio acuático, que por sus graves fallas de infraestructura desató el alzamiento del 2006. ¿La noticia? El liceo continúa con los mismos problemas, ante la aprobación de la nueva Ley General de Educación y las ahora pasadas lluvias. ¿Metáfora del verdadero carácter de esta discusión legislativa? La que, por lo demás, tampoco logra satisfacer las mejoras prometidas en la Agenda Larga, pues actualmente tal discusión no aborda los ejes fundamentales de la crisis educativa. El problema que envuelve el trabajo docente, la pobre discusión sobre calidad educativa, el marco constitucional que sostiene a la educación, el competitivo sistema de financiamiento y el lugar que tiene la participación de la comunidad en las escuelas, son los temas imprescindibles que aún no son tocados seriamente.

A través de este boletín, Opech intenta informar acerca de algunas dimensiones de este debate, a través de voces que no solo vengan de nosotros, sino que desde los mismos actores involucrados en el debate y que son, como sabemos, permanentemente soslayados en los medios oficiales. Para ello, entregamos un breve diagnóstico en que distintas organizaciones dan con las claves del porqué la Ley General de Educación no responde a sus demandas y mantiene, a su juicio, los ejes mercantiles del sistema actual.

Compartimos una reflexión elaborada en nuestra casa, la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, por uno de los colectivos presentes en su movimiento estudiantil.

Además, incluimos, para quienes no lo hayan consultado, un artículo sobre el nuevo ministerio de educación y el recientemente nombrado consejo de “superexpertos” y algunos datos para hacerse una idea más acabada de la nueva ministra, Mónica Jiménez.

Por último, adjuntado en el costado de la portada, incorporamos una recopilación de documentos que esperamos sirvan para reforzar la discusión en los espacios locales, como una suerte de preámbulo para la acción, único método que, tal como nos enseñaron los estudiantes (y tantos otros luchadores en este país), conducirá a reales transformaciones. Junto a esto, dos invitaciones a cursos y seminarios que nos permitirán seguir abriendo espacios de encuentro, discusión y reflexión sobre los pasos a seguir en el actual proceso de reforma educativa en el país.