EDITORIAL
El que ayer hayan asistido 5.000 o 15.000 personas a
la marcha que tenía como lienzo central “Para que el gobierno
responda a las demandas del pueblo”, no es el punto central de lo
que hay que analizar. Lo que hay que ver y discutir es el proceso de consolidación
de un Bloque Social por la Educación, que viene no solamente protestando,
sino que proponiendo cambios fundamentales al modelo educativo chileno
heredado de la dictadura de Pinochet.
Ese Bloque Social que tuvo su origen hace algunos meses
al calor de las manifestaciones de los estudiantes secundarios y que hoy
se expresa en la calle, en los foros y debates, y también en el
Consejo Asesor Presidencial de Educación es sin lugar a dudas parte
del proceso histórico que vive nuestro país. Profesores,
estudiantes secundarios, universitarios, apoderados, y diversos dirigentes
sociales demostraron que la ciudadanía no necesariamente formula
su visión del mundo educacional en una mesa canalizadora de la
expresión social, sino tiene el legítimo derecho de buscar
expresarse de la manera que estime conveniente y no solamente como digan
las autoridades. En otras palabras la legitimidad y la estabilidad de
las expresiones sociales son parte fundante del poder soberano que ejerce
y reside en la ciudadanía. Se equivoca entonces la Ministra del
ramo y algunas autoridades de gobierno cuando dicen no entender estas
formas de expresión. No hay nada que entender. Hay que permitir
que ese soberano se exprese. Lamentablemente, las maniobras hechas por
algunos sectores por tergiversar el carácter de la movilización
-denunciadas por los dirigentes del Bloque- y generar el pánico
y caos, no solamente fueron ridículas, sino que mostraron la incongruencia
entre el discurso pro ciudadano y un estilo de control social que no acepta
este tipo de expresiones legítimas.
Entonces, lo de ayer no es ni fin de una etapa, ni inicio
de otra, es la madurez adquirida por este Bloque Social que aglutina no
solamente diversas expresiones sectoriales del mundo educativo, sino generaciones
distintas. Aquellas que se expresaron en tiempos dictatoriales y, estos
jóvenes protagonistas de su tiempo, del presente. El Bloque Social
es la expresión de sensibilidades políticas diversas pero
con un interés común. Y lo más novedoso el Bloque
logra convocar expresiones sociales actuales (minicolectivos, piños
de amigos, agrupaciones culturales, etc.), ignorados por los políticos
más tradicionales. Es decir, el Bloque Social es un movimiento
social esencialmente diverso y las expresiones que usualmente son consideradas
localistas, esta vez demostraron (o vienen demostrando) que son capaces
–incluso con más fuerza y constancia- de apuntar su acción
a los cambios estructurales.
Por lo mencionado anteriormente y por lo que sucedió
no solamente en la Región Metropolitana sino en todo el país,
quedamos ahí. Quedamos, tal como el Bloque, ahí. A la espera
de otra convocatoria, a la espera de algo más. Cierto es que este
viernes conoceremos el Informe de avance del Consejo Asesor. Esperamos
esté a la altura de las circunstancias.
Observatorio Chileno de Políticas Educativas