¿Cómo
financiar una educación de calidad para todos nuestros hijos e
hijas?
El modelo actual de financiamiento a la demanda de educación, por
“supuesta” asistencia promedio de los alumnos a los centros,
parte del supuesto de que para aumentar la cantidad y calidad de la educación
basta con dejarla al juego del mercado y la “competencia”.
La evidencia de estos 25 años demuestra que hemos logrado gastar
más (los últimos 15 años), aumentar la cobertura
escolar, pero no mejorar la calidad integral de la educación; al
tiempo que hemos creado un sistema escolar “conscientemente estructurado
en clases sociales” (OCDE 2004); lo que hemos denominado: “apartheid
educativo” (OPECH). Chile, en la actualidad, es el único
país del mundo que utiliza la subvención a la demanda como
único mecanismo de financiamiento de la educación.
La calidad educativa, que es mucho más que logros
en pruebas estandarizadas, requiere algo más que mercado educativo:
la educación de calidad es un derecho de la persona, y no puede
ser reducido a una mercancía que pueda ser ofertada por “emprendedores
del lucro”.
Financiar una educación de calidad requiere articular
tres niveles complementarios:
1. Asumiendo el debate que se esta realizando en el Consejo
Asesor Presidencial de Educación, es necesario una descentralización
efectiva de la educación pública, creando Corporaciones
Públicas Locales (unas 60 adaptadas a la diversidad territorial
de Chile que aseguren una descentralización efectiva). Financiar
estas Corporaciones implica los gastos de inversión en infraestructuras
de excelencia, administración educativa y servicios de supervisión
y apoyo, etc.
2. Financiar la oferta educativa, mediante Convenios
basados en su Utilidad Pública, de los centros escolares de las
Corporaciones Públicas, señaladas en el punto 1, y de las
Fundaciones Educacionales Privadas (libertad de enseñanza): implica
gastos anuales por aula de 30-35 alumnos (profesores, mantenimiento, gastos
de operación, recursos docentes, etc.)
3. Financiar, con modelo de demanda (por alumno/a), los
logros en políticas educativas que deseamos potenciar (incentivos):
a. Asistencia y retención escolar
b. Integración de niños/as vulnerables
c. Integración de niños/as con n.e.e.
d. Aumento en el Valor agregado en los rendimientos escolares (SIMCE)
e. Logros en educación de los OFT y convivencia escolar democrática
f. Participación de actores educativos
g. Innovación educativa
h. Etc.
Sólo un modelo que primero garantiza la gratuidad
de un sistema público de calidad y un financiamiento suficiente
de los centros de utilidad pública con convenios (políticas
de universalidad), hace efectivas las políticas de financiamiento
a la demanda, focalizadas en logros específicos de calidad y equidad.
Jesús M. Redondo. Dr. Ciencias Educación.
Director OPECH (Observatorio Chileno de Políticas Educativas)
Director Psicología. Universidad de Chile.
Observatorio Chileno de Políticas Educativas