El Estatuto Docente y las cargas de Trabajo
de los Profesores
Impresiona leer las reflexiones que tanto en prensa
editorial como en declaraciones de distintas personalidades, incluso
Ex Ministros de Educación de la Concertación, se hacen
respecto al Estatuto Docente. Pareciera que cualquier referencia al
Estatuto se vincula desde el modelo de mercado vigente, con el requerimiento
de flexibilizarlo para poder renovar la planta docente, tanto en el
sector público municipalizado como en el privado subvencionado,
y que la remuneración docente en alza desde 1990 a 2003 después
de haber caído al 40% de lo que era antes de la dictadura, porcentaje
constatado a fines de los 80 según fuente del MINEDUC, es adecuada
en las escuelas públicas municipalizadas y en las privadas subvencionadas.
Dentro de la lógica privatizadora y empresarial se sostiene que
el Estatuto responde a “reinvindicaciones gremiales” y no
al mejoramiento de la calidad de la educación, ya que no implica
manejar un criterio de premiar por resultados o eliminar por ellos a
los docentes (Recurso propio del mercado).
Esto se une a la perversión de las reflexiones
que se extrapolan hacia la docencia, desde los resultados comparativos
del SIMCE entre escuelas categorizadas, que hacen imposible la comparación
de población de estratificación tan diversa atendida por
la educación pública, privada subvencionada y privada.
Se culpa al profesor de la mala calidad de desempeño profesional
en el aula por los resultados del SIMCE y de la PSU, sin consideración
de los factores multifactoriales de orden interno y externo a la escuela
legalizados por el sistema.
Es necesario anteponer otras reflexiones y agregar
algunos datos para situarnos en la realidad del ejercicio docente hoy,
conforme al Estatuto. La tabla de distribución de trabajo docente
que acompaña al Decreto 453 establece tres tipos de nombramiento:
plazo fijo, indefinido y por horas, el plazo fijo supone designación
desde el primero de marzo al 28 de febrero del año siguiente,
lo que significa inseguridad para el docente frecuentemente contratado
de este modo, especialmente en el sector privado subvencionado.
La jornada completa implica 44 horas cronológicas
que se explicitan en relación a un 75% de trabajo directo en
aula y un 25% a distribuir entre las posibles siguientes labores:
1. Actividades relacionadas con planes y programas.
2. Actividades relacionadas con la administración.
3. Actividades relacionadas con la función docente
4. Actividades relacionadas con la jefatura de curso.
5. Actividades coprogramáticas y culturales.
6. Actividades extraescolares.
El 75 % del tiempo cronológico de un profesor con jornada completa
de contrato, traducido a horas pedagógicas implica 40 horas pedagógicas
de trabajo en aula. Este trabajo se distribuye sin obligación
alguna de considerar el perfeccionamiento que el profesor hubiera realizado.
A un caso real de profesor de escuela deprivada con jornada completa
en escuela privada subvencionada, estudiado recientemente, que por excepción
tiene contrato indefinido en su escuela, se le han asignado prácticamente
todos los subsectores en un séptimo año, a pesar de que
su perfeccionamiento había sido para lectoescritura para primeros
y segundos años, con buenos resultados en años anteriores.
Tiene, por lo tanto, a su cargo Lenguaje y Comunicación, Matemáticas,
Comprensión de la Sociedad, Comprensión de la Naturaleza
y Educación Tecnológica, más un taller tecnológico
con que suma 44 horas pedagógicas semanales de trabajo en aula
con niños. Pero, además ejerce funciones administrativas
(entrada y salida de alumnos, con atención de apoderados, vigilancia
de recreos una semana al mes; participa en reuniones técnicas
directivo locales y con otros servicios comunales; tiene jefatura de
curso, que como no puede cumplir por actividades múltiples no
ejerce en consejo de curso directo con sus alumnos, pero sí en
todas las funciones de orientación de los niños, documentación,
atención de apoderados, etc, que requiere la función).
En total el 25 % de tiempo se le copa, debiendo preparar clases, corregir
pruebas, fuera de la escuela en sus horas libres; y, por lo tanto, no
le queda tiempo para alguna participación de planificación
de trabajo conjunto con sus colegas, ya que los consejos de profesores,
a que también acude, son fundamentalmente de carácter
administrativo. Su sueldo después de más de 18 años
de servicio no llega a los $500.000.- líquidos… y no se
le paga perfeccionamiento. ¿Podría esto explicar lo que
señala el Ex – Ministro Bitar cuando dice que hay profesores
que enseñan matemáticas sin saber?
Esto se repite en el examen de las jornadas de trabajo
de un grupo de profesores de educación básica que avanza
en su perfeccionamiento en el grado de Magíster en una Universidad
pública este año, quienes al llenar fichas relacionadas
con su carga docente, vinculada fundamentalmente a trabajo a plazo fijo,
revelan una situación similar ajustada también a la tabla
de distribución de carga académica del Decreto mencionado.
En uno de los cursos que siguen estos profesores en la Maestría
en el año 2006, se procuró introducirlos a curriculum
por competencia, vía planificación estratégica
del PEI, a partir de un excelente documental preparado por el CIDE con
apoyo de la Fundación Ford en relación a una escuela de
La Pintana de Santiago, “Desde la nada”. En ese documental
se muestra un proyecto frustrado de dos profesoras dirigido a levantar
la autoestima de los alumnos en vistas a evitar la repitencia y el fracaso
escolar en su escuela subvencionada. Fue una sorpresa para la académica
docente comprobar que varios de sus discípulos planteaban que
esa realidad en que la Dirección a cargo de la gestión
escolar y los otros profesores no coadyuvaban al logro del proyecto,
era la de sus escuelas… y además comprobar que frente a
algunas de las tareas del curso de Magíster, no podían
revisar el PEI de sus establecimientos porque estaba guardado en la
Dirección y no se los prestaban. ¿Saben Uds. que en el
excelente material del Ministerio de Educación para la planificación
estratégica se supone que el PEI de las escuelas se elabora en
comunidad? ¡Que problema es el paso desde el nivel de diseño
al de la implementación!.
En el debate acerca de las condiciones de trabajo del
profesor que será parte seguramente de los estudios acerca de
las medidas para mejorar la calidad del trabajo en el aula habrá
que plantearse situaciones como las descritas acerca de las cuales tengo
la documentación pertinente. Rebajar el número de horas
de trabajo directo en aulas del profesor; disminuir la multiplicidad
de trabajos que le son adjudicables, exigir competencia profesional
a los Directores de establecimientos educacionales, pese a los reparos
que han impedido la legalización de sus antecedentes al concursar,
planteados por el Tribunal Constitucional en defensa de la libertad
de la educación; dimensionar el número de asignaturas
que a niveles de séptimo y octavo año puede ejercer con
calificación un profesor, son factores fundamentales para mejorar
la calidad del trabajo en el aula. Basta recordar la adjudicación
de trabajo de años anteriores al 73, para rechazar la situación
actual, y entender el por qué de las debilidades que los estudiantes
han reclamado en la jornada escolar completa.
Prof. Viola Soto Guzmán
Premio Nacional de Educación 1991
Santiago, 28 de junio de 2006.
Observatorio Chileno de Políticas Educativas